La noche de junio que ella llegó

Había concluido la responsabilidad de madre durante aquél curso. Esa y otras arduas tareas, como ayudar a una mujer cuyo maltrecho cuerpo obligaba a hacer la cama de rodillas. Un año más de atención. Asistencia. Quizá una vida entera. Y tratar de comenzar una nueva novela. Escribir quince, doce, diecisiete páginas, largas horas de dedicación, para comprobar, al releerlas, que no era eso, que ninguno de aquellos inicios servía. Intentos reiterados, folios y folios me provocaban el más profundo rechazo y la absoluta certeza de que aquello, definitivamente, claramente, no era. No así. Ninguna fuerza en el arranque del nuevo … Continúa leyendo La noche de junio que ella llegó