
De la novela 3
Santi alquiló un piso que no estaba mal. Oscuro, con la puerta cristalera del minúsculo balcón de la sala y las dos habitaciones alineadas en la derecha del pasillo hacia el mismo patio que se estrechaba como vértice de triangulo a partir de la última ventana, la del cuarto principal. La ventana de la cocina daba a otro patio distinto, al que se abrían también las cocinas de los vecinos. Oías el vapor de la cocción de sus ollas rápidas, olor a repollo y carne guisada, cómo batían el tenedor contra los platos preparando la cena, las puertas al cerrarse que … Continúa leyendo De la novela 3