Ya no

Quizá siempre había tenido miedo pero nunca había sido tan consciente. Se dijo que la edad debía de haberle vuelto más ignorante, porque le había abocado a una sabiduría engañosa: conocer las cosas en profundidad le provocaba el pavor. Se miró las manos y comprobó como la telilla que las cubría ya no era tan elástica ni tan firme y limpia de marcas. La primera vez que observó avisos de vejez en su cuerpo no fue en las manos, y eso que las tiene uno tan en frente, para abrir una puerta, al acariciar, cuando las pones bajo el grifo … Continúa leyendo Ya no