
Lo que trae el mar por las mañanas
Tan solo una mesa ocupada me permite intimidad al otro lado del árbol, donde aparco la bici y me siento. Es temprano y la terraza, perfectamente montada, aparece casi vacía. El joven camarero, diligente, en cuanto escucha el sonido de la silla donde me acomodo aparece y comienza a desplegar el vasito de zumo, el del agua fría, los envases individuales de sal y aceite, el cuenco con tomate triturado. En la mesa de al lado, también desocupada, deposita un zumo, un plato con una porra y rellena un vaso de leche caliente junto al sobre de descafeinado en su … Continúa leyendo Lo que trae el mar por las mañanas