Relatos taller de escritura creativa Leonor Paqué. Latiovisual espacio

Sábado, 19 de abril 18

Vaig englotir el gotet de rom sencer amb la mà esquerra.

I em vaig posar a escriure sense parar. No sabia ben bé què escrivia. Els mots brollaven. M’havia ben endinsat en les paraules. Estava lluny, molt lluny. La llum de la saleta brillava al fons. Vaig parar una estona i ho vaig comprendre tot. Estava molt contenta de que la meva vida hagués pres aquell rumb. Haver decidit tirar. Ell m’havia dit tot allò per fer-me sentir malament. Jo, ara, el veia dins del seu cotxe conduint per la carretera. Arribaria a casa on l’esperava la vestimenta de comptable i la dona amb la que havia tingut tres fills i la que no li havia trobat mai cap encant al llit.

Bebí el vasito de ron con la mano izquierda. Y me puse a escribir sin detenerme. No sabía qué escribía. Las palabras brotaban. Me había adentrado en las palabras. Estaba lejos, muy lejos. La luz de la salita brillaba al fondo. Paré de escribir y lo comprendí todo. Estaba muy contenta de que mi vida hubiera tomado ese rumbo. Haber decidido seguir. Él me había dicho todas aquellas cosas para hacerme daño. Yo, ahora, le imaginaba dentro de su coche, conduciendo por la carretera. Llegaría a su casa, donde le esperaba la vestimenta de contable, y la mujer con la que había tenido tres hijos, la misma que nunca había conseguido encontrarle ningún encanto entre las sábanas.

Judit

Uns esperits cerquen manifestar-se i es troben en un lloc antic carregat d’històries construïdes de suors i esperances de moltes famílies.

 

Enraonen de com ho han de fer i senten que el pes de les quatre parets els influeixen, els fan adonar de com s’han transformat les vides de les gents d’abans, per esdevenir el què són ara. Parlen de com podran saber treure de dins tota la vida que volen compartir amb si mateixos i potser amb els altres.
Jo comparteixo aquest moment amb ells i veig que en aquest acte junts hem transformat un lloc de treball, un lloc de lluita, en un lloc del què, el com i el perquè del pas per aquest món.

Unos espíritus buscan manifestarse, y encuentran en un lugar antiguo, cargado de historias, construidas sobre los sudores y esperanzas de muchas familias.

Hablan de cómo lo han de hacer, y sienten que el peso de las cuatro paredes les influye, les permite darse cuenta de cómo se han transformado las vidas de las gentes de antes, para llegar a ser lo que son ahora.

Los espíritus hablan sobre cómo podrán aprender a sacar de dentro toda la vida que quieren compartir consigo mismos y quizás con los demás.

Comparto este momento con ellos y veo que en este acto, juntos, hemos transformado un lugar de trabajo, un lugar de lucha, en un lugar del qué, el cómo y el porqué, del paso por este mundo.

Pere

Aquella mañana me levanté con el pelo alborotado, como siempre, y con torpeza, intenté rendirme ante mí misma y dejarme llevar por la realidad.

¡Sola!, ¡estaba sola de nuevo!

Le dejé marchar, como si nada hubiera pasado. Pero sí ocurrieron cosas. Muchas.

Al mirarme al espejo encontré las ruinas de lo que había sido una ilusión, un montón de piedras, ahí, tiradas.

-Me toca, pues -me dije, decidida-, hacer un nuevo hogar, dibujar un nuevo jardín, donde dar vida a nuevas emociones.

Me peiné y bajé a por el pan.

Asun

Escribir o no escribir, ésta es la cuestión.
Laura quería comunicar sus vivencias, quería expresarlas y pensó que escribiendo lo conseguiría.

Lo planificó, buscó un espacio con buena luz, donde poder gozar de momentos de soledad para contar su historia, su historia real o inventada, qué más daba.

Necesitaba disciplina, necesitaba dedicar tiempo y espacio para ordenar y expresar sus sentimientos, sus vivencias.

¿Lo deseaba hacer realmente cuando tenía el tiempo? ¿O cuando tenía el tiempo no estaba en el espacio, y cuando accedía al espacio no tenía el tiempo libre?

¿Lo conseguiría? La eterna traba de las prioridades. Quizá lo consiguiera. Necesitaba decidir…

Llorenç

Gracias, talleristas, por una jornada creativa en la que compartísteis tanto con quien tanto, de vosotros, aprende.

Leonor Paqué