… Contigo a través de Latiovisual, Asociación cultural
[…] Cambiamos los repetidos si no son de los favoritos,
los rellenos valen doble,
los que no te gustan los cambias, por ejemplo, los de anís, que nadie quiere,
o los de menta,
que solo te valen para dárselos a los padres que les gustan para cuando no fuman,
o por fumar, y la madre dice:
«Abel, ¿no tienes un caramelo menta que echáte a la boca, hijo mío? Es que con tanto tabaco ¿no ves que apestas?»
Entonces tu padre busca en el bolsillo los caramelos que le has dado de algún bautizo. Y te lo agradece.
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