De Amurakh a un joven adolescente

Lo mas seguro a tu edad es conquistar la hebra y olvidarse del hilo. adolescente

Tú eres el demiurgo ansioso que pone en marcha todos los goznes.

¿Para qué apretar?

Para qué, si la vida sencillamente se ordeña sola,

basta poner la boca de tal o cual manera, siempre abierta, y la leche nos discurre por las comisuras como la lava de un volcán que estalla sobre sí mismo.

Vive tu vida sin aspavientos.

Sé leve y profundo.

Y arrójate de bruces a la luz del alba de alguna hembra; eso duele y enseña y es aceitoso y eléctrico y esta unido a la vida por filamentos.

Te molerán a palos pero no importa.

Se te saldrán las piezas del puzzle cual conejos.

Volverás a llorar como una dinastía.

Y luego está el asunto de Dios. Aquí conviene no fanatizarse y auscultarle el recto a la vaca que acabas de comprar. Un recto agrietado en una vaca joven es síntoma de disentería. No compres. Sin embargo, un recto suave y resbaladizo es lo mas valorado.

Se puede ser ateo y diossexual, se puede ser místico y marrano, asi como se puede ser santo y sodomita.

No te pongas rejas.

Y del dinero no te cuelgues. Solo sirve para comprar cosas que no necesitas y para conseguir falsos amigos, además pesa mucho, con facilidad se pierde, no se puede comer, y ensucia tu vacío.

Tu vacío es lo mas importante que debes entender. Si dejaras caer una moneda en tu vacío no escucharías el chof hasta el momento de tu muerte.

Pero hay un silbido sutil, un roce del aire contra el tiempo, un deslizarse etéreo que eres tú.

Por lo demás lo vivo manda.

No confundas tus sentimientos con pensamiento atascado, repetitivo, obseso. El sentimiento es otra cosa, tiene el matiz de lo real, y a la locura se llega por repetición.

Tiene, eso si, el pensamiento, una hazaña escondida. Búscala.

Hay magia y poder en las palabras que uno usa.

Hay que aceptar el breve espasmo que es la vida como se acepta la fealdad de un hijo.

Las palabras tienen forma de ataúdes pero en un ataúd también se puede llegar a la otra orilla si se rema con rabia.

La palabra del pueblo es sencillamente un cagarro duro.

No escuches a los que no saben escuchar y no hables a los que no saben entender.

El silencio, en suma, sería la mejor opción, pero a tu edad podría quemarte como el ácido las tripas.

Mi único consejo es que aprendas alguna canción de memoria,

que palpes sin pudor la pulpa del mundo,

y que no olvides nunca que eres un ser mortal, como un salto,

y como un salto debes de ser elegante,

preciso,

original,

y en curva.

Esto me lleva a revelarte el único secreto que de verdad importa. No hay líneas rectas en la vida como no hay líneas rectas en la Naturaleza. La geometría y la moral son siempre falsas.

No te dejes juzgar y sé siempre libre,

pobre,

y despiadado.

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5 comentarios en “De Amurakh a un joven adolescente

  1. No sabía que escribías a lo Montaigne! Bárbaras y veraces y crudas y, sí, hasta despiadadas me parecieron tus «pensées». Enhorabuena, compañera!

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