Suplicio chino

Era un un golfo prematuro. Su mayor entretenimiento consistía en saltar las tapias de las tabernas, por donde sabía que estaba el almacén, y robar todas las botellas que le cabían entre los brazos. Más de una vez estuvo a punto de darse un golpe serio que fuera más allá de las rodillas heridas en el momento de saltar. Apilaba las botellas en el bajo de una escalera donde se reunía a fumar la cuadrilla de adolescentes del poblado. Tenían una cerradura que no les costaba nada abrir y menos volver a cerrar y allí, en la oscuridad, fumaban durante … Continúa leyendo Suplicio chino

Viaje al nacimiento que no fue

¿Por qué viajas a Áfricas, qué esperas? No espero nada. Encontré algo que superó mis expectativas. ¿Qué fue? Fue una experiencia inolvidable porque viví un acontecimiento fuera del contexto normal, habitual y controlado cien por cien al que estamos acostumbramos. Allí nada estaba controlado. ¿Qué encuentras? Íbamos en un 4X4 por un camino no transitable en otro tipo de vehículo, cuando llueva, pensaba, no quiero ni pensar, es Senegal y venimos de Guinea Bissau, solo por cruzar fronteras, por tener el sellito. Es un simbolismo generado a través de lecturas, cruzar fronteras no es sencillo, te puedes quedar sin dinero, … Continúa leyendo Viaje al nacimiento que no fue

Fibras inquietas

Una tarde libre, una tarde fuera de casa, una tarde con tacones, pantalón de raya y chaqueta fina de pana. Una tarde de ubicar espacios, estaciones de metro, esquinas de avenidas, terrazas urbanas, cervecerías, múltiples aceras y el 57, allí estaba. Un escaparate atisbado que se alumbra porque ya ha oscurecido. Un gin para cuadrar reloj. Lo que he dejado de hacer por estar allí, a unos pasos del cruce de calles donde el 57 se abre. La manía de pensar dónde he dejado de estar, lo que he dejado de hacer, por ir a un lugar concreto. Repaso y … Continúa leyendo Fibras inquietas

La espera de Adéle

Adéle pasaba sus días esperando. Esperando.                                                           Fotografía Zuhaitz Silva No decía qué esperaba, se reconcentraba en unos rasgos que nada transmitían, como cuando se cubría el cuerpo con la chaqueta de punto, extendiendo una doble muralla de tejido y brazos ante su pecho, hiciera o no hiciera frío. Cada tarde, Adéle se arrebujaba. Sobre su chaqueta, sus mangas, en sí misma, sus injurias listadas mentalmente una tras otra en un inventario cada … Continúa leyendo La espera de Adéle