¿Por qué no me castigas?
Hago todo lo malo para llamar tu atención
Desobedezco rápidamente, no hago mis tareas
¿Por qué no me regañas?
Levanta una ceja, señala con el dedo, grita un poco
¿Por qué no me aconsejas? Muéstrame el error
¿Porqué no he visto mi ropa tirada, el resto de la olla recalentada, porqué no hay un olor de tu laca en el baño?
¿Por qué no me castigas desde hace un año?
Si en todo este tiempo he hecho todo lo posible para merecerlo
Un azote, un reproche, irme sin cenar a la cama
Una desaprobación de mi conducta
Por qué no se oyen los cacharros en el agua, las migas en el hule, los cabellos de un tinte pasado, deslizándose en el tobogán del lavabo.
¿Por qué no me llamas Jose? ¿Por qué no me llamas?
Por qué no me obligas a comer la última cucharada
El mendrugo de pan, la hoja de ensalada, el desayuno con grasa y dulce.
Por qué no te molesta mi ausencia
Por qué no discutes mi insolencia
¿Por qué no me castigas desde hace un año?
¿Es que tan bien me he portado?
Ni una fecha señalada, si estoy enamorado, si he vuelto a cantar, si me llevo bien con mis hermanos.
¿Por qué no me agobias con mis trabajos?
Cargar de leña, blanquear la fachada, aceptar tu condena y al guardián de tu garganta.
Por qué no me has echado en falta
No me esperas en verano, unos días en semana santa, en el paso de tus camas, las cenizas de tus sábanas.
¿Por qué no contestas mis cartas?
Quién habita en tu casa, en mi casa, en nuestra casa
Quién lava tus ropas, quién ordena tus zapatos
¿Por qué no me has llamado en todo este año?
Fui a verte y no estabas
¿Es que acaso tan bien me he portado?
¡Ama!…
¿Por qué no me castigas desde hace un año?
363 días de ausencia
Desgarro y pasión… será que soy un antiguo pero es una gran letra para un bolero…
No quiero exagerar, pero he leido y mi yo interior se ha soliviantado…
Y con todo el respeto del mundo, un detalle… no sobra el último ¿Por qué no me castigas?, a mí, me sobra