La mío nonna
Ayer bajamos a nadar al lago. Era domingo 15, fiesta nacional también en Italia. Había muchos coches y nos costó encontrar dónde dejar el nuestro. No hay playa como las de costa. Una extensión de piedras que aumentaban su tamaño conforme te adentrabas en el agua. Me daba miedo nadar allí, en aquella agua de fondo tan oscuro, aunque podían verse peces del tamaño de mi mano, no lograba relajarme, temerosa sobre aquellas rocas contra las que creía me iban a chocar las rodillas. El sol me molestaba, alto ya cerca de la hora de la comida, y decidí ir … Continúa leyendo La mío nonna