No.
Las cosas son como son… o no.
La mayoría de las veces, las cosas parece que solo pueden ser de una manera.
Y damos por hecho que así será siempre. Aprendemos la inmovilidad y aprendemos una única visión de las cosas, circunstancias o hechos. Leemos unidireccionalmente. Quizá sea cuestión de tiempo, de llegar rápido. Mirar, juzgar, creer y ya. Una idea. Una forma de hacer.
Pero el váter de una casa del país al que viajo, está ahí para decirme que no. Primero uno y luego otro y otro y otro. Lo que en principio creo peculiaridad de un dueño, compruebo es una forma de váter habitual en los hogares.
Y aunque nunca jamás se me hubiera ocurrido, ni lo he leído, nadie me lo ha contado, ni me ha hecho reparar en ello, ahí está:
La tapa del váter de los uruguayos es acolchada.
Acolchada, si.
Blandita. Te acomodas y no notas la fría y satinada textura de nuestros componentes higiénicos españoles.
La tapa del váter aquí está cubierta por un relleno esponjoso dentro de un plástico con aspecto y diseño más o menos sofisticado, de color neutro o a juego con la tapa grande y los muebles.
Y esa tapa blandita, curiosa, de la que nunca nadie te habló, de la que seguro no se escribe en los periódicos quizá tampoco en las novelas, en la que sus dueños no reparan ni mencionan, te hace comprender en un primer gesto elemental, el de sentarte cada mañana, que por eso has viajado.
Porque nunca se te hubiera ocurrido que las tapas del váter pudieran ser de otra manera que las que cada día te esperan en el baño de tu hogar, la oficina, en los edificios públicos, restaurantes, dispensarios o cualquier otro que alberga sanitarios en el lugar en el que vives.
Y esa tapa simple, silenciosa y burlona uruguaya viene a gritarte una gran verdad: que por muy convencido que estés, por poco que se te ocurra, aunque ni imaginar puedas o mucho te cueste … hay otra forma de sentimientos, relaciones, modos de vida, que pueden tener un punto de vista diferente.
Y quizá, como en este caso, si te atreves a imaginar, indagar, la diferencia, las otras formas, sean muy muy agradables.
Estupendo comienzo de un viaje… algo que parece tan habitual, tan sencillo, es suficiente para hacernos reflexionar y comprender que otros modos de vivir son posibles… Y además, son muchísimos modos de vivir diferentes.
Me ha encantado el escrito!!!